Luego de varios días de vivir sin suministro eléctrico, cientos de vecinos de Glew decidieron cortar las vías del ferrocarril, a la altura de esa localidad. Este fue un recurso extremo al que llegaron luego de toda una serie de reclamos formales a los que ni la empresa Edesur, ni el Estado respondieron. El problema de los cortes de energía es una constante en Glew luego de cada temporal, lo mismo que en una enorme cantidad de localidades de toda la zona sur. Los temporales, o cualquier lluvia de relativa importancia ponen en evidencia, de manera constante, la falta de obras y de prevención de parte del Estado. En muchos lados las familias pierden todos sus bienes sin indemnización alguna y en algunos otros hasta pierden la vida, como en el caso de Cañuelas durante la última tormenta. En Ezeiza se garantiza el mantenimiento de la electricidad en los barrios privados de lujo a expensas de cortes en las barriadas obreras. De una u otra forma los efectos de los temporales siempre recaen sobre el mismo sector de la población.
No es la primera vez que los vecinos deben apelar a la movilización frente a la desidia del gobierno. Pero, si, es la primera vez en que de manera tan inmediata el Estado responde con represión y detenidos. Sin mediar ningún tipo de sensibilidad por la situación en que la población de Glew ha estado viviendo en los últimos días, la policía reprimió con gases al corte. Un operativo trucho en el que nunca se mostró ninguna orden de desalojo. La policía actuó como una patota sin órdenes, reprimiendo y deteniendo a 7 personas (cuatro de ellas mujeres) todas ahora con una causa judicial. Los vecinos han denunciado en el día de ayer que los detenidos han sufrido golpes y maltratos dentro de la comisaría. Otras personas fueron detenidas en la comisaría de Glew por el simple hecho de acercarse a preguntar por el estado de los detenidos.
Este es un operativo intimidatorio que muestra cómo es la acción del gobierno y de las fuerzas represivas ante la organización de los reclamos populares.
La represión a los vecinos de Glew se da en las vísperas del 24 de marzo. El gobierno municipal de Darío Giustozzi, que se jacta de defensor de los Derechos Humanos, y que hoy pretende conmemorar la fecha con un recital, ya tiene dos represiones en su haber. Su gestión es también escenario de la política del gobierno nacional donde las patotas sindicales y las fuerzas de seguridad se unen en una acción en común para golpear la organización independiente de trabajadores y vecinos. Fue lo que sucedió con los despidos municipales y lo que también sucedió en las vías de Glew.
El Partido Obrero repudia firmemente la salvaje represión de la policía a niños, mujeres y personas que reclamaban solución a la barbarie a que son empujadas por Edesur y el Estado. Señalamos el carácter trucho del operativo y dejamos constar que es parte de un operativo más general contra todo aquel que se organice por sus derechos. Exigimos el desprocesamiento de los vecinos y la intervención inmediata del poder político local. El PO lanza una campaña de denuncia frente a este nuevo atropello contra el pueblo y se pone a disposición de los detenidos y demás familias afectadas.
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