Los comités de San Isidro y San Fernando del Partido Obrero denuncian la construcción – por orden del intendente Posse– del muro que separará a los vecinos de La Horqueta en San Isidro, de los habitantes de Villa Jardín en San Fernando.
Se trata de un muro clasista, de discriminación social.
Pero esto no es nuevo en Posse.
Él fue quien rodeó con muros y cables electrificados los límites de la gran villa de La Cava, separándola de las mansiones de Las Lomas de San Isidro, ya hace años.
Allí instaló a la Gendarmería, en una especie de gran gueto.
El kirchnerismo critica ahora a Posse, su ex aliado, pero mucho mejor sería que impidiera la instalación del muro, que se pagará con la coparticipación del 30% de las retenciones de la soja que hace poco el gobierno le dió a los municipios.
Por parte del intendente de San Fernando, el ex duhaldista y todavía kirchnerista Osvaldo Amieiro, se trata de una impostura, toda vez que Villa Jardín, gran parte de la cual se desarrolla en su distrito, está completamente abandonada, con calles de tierra, sin cloacas, sin gas, con escuelas que se caen a pedazos.
Reclamamos la eliminación de los muros racistas de San Isidro: la inseguridad viene de las zonas liberadas.
Exigimos planes de urbanización reales, bajo control de las asambleas populares de las villas y barriadas populares de San Isidro (La Cava, Santa Ana, San Cayetano, etc.) y San Fernando (San Jorge, San Roque, Los Pinos, Santa Rosa, etc.).
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