LA DIRECCION NACIONAL DE ATILRA DEBE SER EXPULSADA DEL MOVIMIENTO OBRERO
La burocracia nacional de ATILRA, dirigida por Héctor Ponce, organizó una patota con matones de todo el país y atacó a los trabajadores de ATILRA Rosario, con el saldo de un muerto y varios heridos graves.
Una semana atrás, esta misma burocracia había atacado salvajemente a un grupo de delegados y trabajadores de SANCOR, con la complicidad de la propia empresa y para imponer una política de despidos y suspensiones.
La policía de Santa Fe (PS) advertida mucho tiempo antes, dejó correr la situación, habilitando una virtual “zona liberada” para que la patota actúe, en una política funcional a la burocracia nacional y a los pulpos lácteos.
Las razones de la mafia que se escuda bajo el nombre de ATILRA Consejo Nacional se pueden leer en Clarín: “el sindicato es uno solo y las seccionales no son autónomas” (4.12.08).
La mafia sindical no podría actuar sin la complicidad del estado y la justicia”. Existe una política en la que confluye gobierno y oposición que está dirigida a eliminar el protagonismo popular en las calles y en las luchas, defender la dictadura de la burocracia en los sindicatos y en definitiva, defender el poder para las “instituciones”.
Es importante recordar.
Esta misma patota de ATILRA atacó tiempo atrás en forma brutal a los trabajadores de Parmalat en lucha.
Otra patota, armada por el entonces Jefe de Gabinete del gobierno K con el concurso de barrabravas (como ahora) atacó a los luchadores del Hospital Francés.
Otra patota, esta vez organizada por la burocracia del SMATA, atacó salvajemente a los obreros en lucha de la automotriz DANA.
La lista puede ser interminable.
Las patotas están vinculadas a los aparatos de espionaje y represión del estado. Los mismos que secuestraron a Julio López.
La acción de las patotas se multiplica no solo en los sindicatos, existe una guerra abierta por “espacios de poder” en provincias y municipios, de la mano de la descomposición política.
Ante esta situación los obreros tenemos una responsabilidad especial: sacarnos de encima a la burocracia sindical, que es una carga cada día más insoportable sobre nuestras espaldas.
Una burocracia que se sostiene por el apoyo del estado, la acción de las patotas y los inmensos recursos que provienen de sus negocios con los capitalistas y de las prebendas que le otorga el régimen.
Una capa de parásitos de estas características es una amenaza constante contra nuestros derechos y nuestra capacidad de lucha, y un instrumento de extorsión de los patrones y el estado contra nosotros.
Pongamos un mayor empeño en la expulsión de la burocracia y en la organización de una nueva dirección del movimiento obrero.
Una semana atrás, esta misma burocracia había atacado salvajemente a un grupo de delegados y trabajadores de SANCOR, con la complicidad de la propia empresa y para imponer una política de despidos y suspensiones.
La policía de Santa Fe (PS) advertida mucho tiempo antes, dejó correr la situación, habilitando una virtual “zona liberada” para que la patota actúe, en una política funcional a la burocracia nacional y a los pulpos lácteos.
Las razones de la mafia que se escuda bajo el nombre de ATILRA Consejo Nacional se pueden leer en Clarín: “el sindicato es uno solo y las seccionales no son autónomas” (4.12.08).
La mafia sindical no podría actuar sin la complicidad del estado y la justicia”. Existe una política en la que confluye gobierno y oposición que está dirigida a eliminar el protagonismo popular en las calles y en las luchas, defender la dictadura de la burocracia en los sindicatos y en definitiva, defender el poder para las “instituciones”.
Es importante recordar.
Esta misma patota de ATILRA atacó tiempo atrás en forma brutal a los trabajadores de Parmalat en lucha.
Otra patota, armada por el entonces Jefe de Gabinete del gobierno K con el concurso de barrabravas (como ahora) atacó a los luchadores del Hospital Francés.
Otra patota, esta vez organizada por la burocracia del SMATA, atacó salvajemente a los obreros en lucha de la automotriz DANA.
La lista puede ser interminable.
Las patotas están vinculadas a los aparatos de espionaje y represión del estado. Los mismos que secuestraron a Julio López.
La acción de las patotas se multiplica no solo en los sindicatos, existe una guerra abierta por “espacios de poder” en provincias y municipios, de la mano de la descomposición política.
Ante esta situación los obreros tenemos una responsabilidad especial: sacarnos de encima a la burocracia sindical, que es una carga cada día más insoportable sobre nuestras espaldas.
Una burocracia que se sostiene por el apoyo del estado, la acción de las patotas y los inmensos recursos que provienen de sus negocios con los capitalistas y de las prebendas que le otorga el régimen.
Una capa de parásitos de estas características es una amenaza constante contra nuestros derechos y nuestra capacidad de lucha, y un instrumento de extorsión de los patrones y el estado contra nosotros.
Pongamos un mayor empeño en la expulsión de la burocracia y en la organización de una nueva dirección del movimiento obrero.
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